Y es que todo es una mierda, un ir y venir, una mala noticia, una mala cara, una sonrisa falsa, un asco de vida. Nacemos, reímos, crecemos, nos ahogamos en nuestros propios pensamientos, sufrimos por nuestro futuro, queremos llegar a ser algo grande, nos volvemos a ahogar, volvemos a sufrir, vivimos como podemos y cuando ya no nos queda nada queremos volver atrás, pero ya es tarde.
Tarde para pesar que vamos a tener las mismas oportunidades, tarde para creer que nos vamos a volver a enamorar, que vamos a amar y que nos van a amar. Tarde porque no sabemos a que años se pasa de joven a viejo, de pequeño a grande, de inmaduro a maduro, no sabemos nada y nunca vamos a saber algo, por mucho que investiguemos, por mucho que busquemos respuestas, sin preguntas no hay respuestas y ni tú ni yo tenemos esto claro, no tenemos nada claro, no sabemos las preguntas y sinceramente, creo que nadie las sabe. ¿Para qué vivimos? Para llegar a ser algo en la vida, pero qué más da. Con creer ser alguien yo creo que seríamos felices, pero nos falta eso. Un poquito de fe en la humanidad, en la sociedad, en nosotros mismos.
Pajaritos deabuladores.
martes, 29 de mayo de 2012
miércoles, 23 de mayo de 2012
A veces, cuando menos te lo esperas, alguien viene y te hace sonreír, aunque sea una tontada, pero sonríes.
Y es que es esa persona, si, ella, la que me hace sonreír, la que me consuela cuando estoy mal, o mejor dicho, es ella la única que sabe consolarme, es ahí, cuando los demás estamos mal cuando suelta parrafadas que son más bonitas que un sol en primavera, que te hacen llorar, pero no sabes si de alegría o de tristeza. Creo que es única, es ella la que te cuenta todo, o casi todo, la que sabe guardar un secreto y la que a parte de hablarte sabe escucharte, la que te da respuestas, soluciones a problemas o consejos. Simples consejos que pueden hacer que sonrías un día entero, una semana, que cuando estés mal te acuerdes de ella y te salga una carcajada, que digas, prometí que no lloraría. Pero prometí que no lloraría por estar mal. Y en estos momentos, en los que me vienen sus párrafos a la cabeza, en los que me acuerdo de que ella siempre iba a estar aquí para consolarme, en los que me decía que sonreía porque me veía feliz, por eso lloro, he cumplido mi promesa, no estoy mal, lloro de alegría, de felicidad, mira mis lágrimas, deslumbran, cada una lleva una carcajada, un te quiero, un para siempre, una sonrisa, un momento, un recuerdo, una historia, un adiós sin final, la vuelta de un viaje.
Todo esto lo hace realidad ella.
Helena, te quiero, gracias por estar aquí y por saber que decir en cada momento, cada instante, por cada lloro. Gracias.
sábado, 19 de mayo de 2012
Helena.
Ella, la que pase lo que pase, puedo confiar en que siempre va a estar ahí, apoyandome y consolandome. Sabe como sabe sacarte los colores con una sola palabra, sabe como matarte con la mirada.
Te puede estar hablando toda la tarde de sus cosas, pero lo que más me importa es que cuando le necesito siempre me escucha y me da soluciones, factibles o no, pero lo intenta.
Te quiero.
jueves, 17 de mayo de 2012
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