Si, me gusta hablar de la perfección. Saber que nunca voy a llegar a ese punto. Saber que nadie va a llegar.
Nosotros creamos ese punto de perfección. Nosotros decidimos quién llega y quien se queda por el camino. Decidimos, juzgamos, criticamos, miramos, escuchamos, comparamos. Y total, ¿para que?
Nunca le encontraré sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario