Te quiero, y no poco.

 FELICIDADES, PRECIOSA.

 Felicidades, porque te lo mereces, porque siempre estás ahí cuando alguien te necesita, porque sabes como sacar una sonrisa y sabes como hacer que la tuya parezca la más bonita de todas.
Que ya son muchos años, muchos años con una de las mejores personas de este puto mundo.
Porque como tú no hay nadie más.
Siempre que pensamos en el pasado nos reímos porque nos lo pasábamos muy bien, pues yo también quiero reírme cuando hablemos de estos años dentro de diez. Quiero sonreír al recordarte, quiero echarte de menos cuando estés a kilómetros. No quiero olvidarte, y aún que quisiera sería muy difícil.

 Te mereces las felicidades, pero también las gracias, gracias por todo, o mejor dicho, por todo y más. Sé que nunca te vas a sentir mal por lo que te digan los demás porque sabes como eres y que no puedes cambiar, sabes que eres mejor que todos ellos, lo sabes tú y lo se yo. Con eso es más que suficiente. Porque los cambios no le gustan a nadie.
Qué más decirte, que te quiero mucho.
Que aún que hoy no haya estado contigo mucho tiempo espero que te lo hayas pasado bien.

Ella, mi mejor amiga cuando eramos pequeñas y unas de mis mejores amigas de hoy.
TE QUIERO, MUCHÍSIMO.

NO.

Nos cuesta tomar decisiones, a veces no sabemos decir NO, pero no hace falta que nos lo echen en cara, gracias, pero no. Nosotros mismos nos damos cuenta de que lo estamos haciendo mal, que nos vamos a arrepentir.
Pero es que no existe la máquina del tiempo, no podemos retroceder. Pero si lo hiciéramos, ¿diríamos que no? Lo dudo. Nos morimos por las caritas que nos pone la persona que nos ofrece eso a lo que no podemos decir que no, aun que no queramos por nada. Esa carita, en la que mágicamente las pupilas se le dilatan, los colores le aumentan, y pierde años hasta parecer un niño de 3 años, al que no se le puede negar nada. Que nos retuerce el corazón y pensamos que ese NO es un arma letal, que si lo preconociamos va a explotar, va a ser un desastre, vamos a morir todos, o simplemente esa persona no nos vuelva a hablar. No cuente con nosotros para nada.
Pero si realmente le importamos, supongo que lo tendría que entender. Le podemos explicar el porqué de ese NO, podemos hacerle un croquis y todo lo que haga falta. O simplemente decirle NO y lo debería de entender. Si no lo entiende, lo siento mucho, pero aun no se ha inventado la máquina del tiempo.

Tus gilipolleces no se cuentan con los dedos de las manos.

¿Qué te rindes? Me parece muy bien. Pero no esperes a que vayamos todos detrás. Con rendirte lo único que nos das a entender es que hemos fracasado, nosotras, no tú.
No creas que porque dejes de tratarnos igual que antes vamos a seguir igual que antes. Creo que no eres consciente de nada en estos momentos. No se que te pasa, pero me gustaría saberlo.
¿Qué no nos quieres? Vale, pero eso no significa que nosotras a ti te despreciemos. Que nos estemos media vida consolándote para que llegues tú y digas que eso no te sirve de nada y te vayas. Vale, pero es que no vamos a dejar de consolarte cuando haga falta. Que no solo somos las que van contigo, las que te invitan a su cumpleaños y se hacen fotos contigo, JODER, que somos personas con sentimientos que te quieren más de lo que tú te piensas, al parecer.
No te vamos a dar de lado por la gilipollez que estás haciendo. Y cuando le encuentre el sentido igual se me ocurre algo. Pero claro, como parece que yo aquí no pinto nada... A propósito. Cuando te contamos las cosas, las estupideces que vamos a hacer, no nos sirve que nos digas, no te puedo obligar, yo no pinto nada ahí. ¿Cómo que no pintas nada? ¿Estamos tontos o estamos tontos? Eres nuestra amiga, una de nuestras mejores amigas y por eso tienes derecho a darnos una hostia por cada gilipollez que vayamos a hacer. Una, dos, las que hagan falta, pero no digas que no pintas nada porque no es verdad.
Y ahora te lo digo yo, haz lo que quieras. Yo, creo que puedo decir que sí que pinto algo, si me lo permites. Así que te voy a decir algo, y espero que no se te olvide nunca, estés donde estés, con gente o sola, te acuerdes de mi o no,  de nosotras, de este puto pueblo. Te queremos mucho, demasiado, aun que nunca lo suficiente, no vamos a tirar la toalla contigo, y si tú la tiras te la recogeremos. Si estamos aquí es por ti y si se cae una se caen todas. Lo importante es no dejar que ninguna roce el suelo.
TE QUIERO; TE QUEREMOS Y TE QUERREMOS.

Mentiras.

Ser sinceros, para qué. La sinceridad es una * . No todos sabemos ser sinceros, pero es que los que sabemos no tenemos un límite. Desde pequeños nos han enseñado que mentir está mal. Pero que una mentira piadosa no es tan malo. Mienten. Sigue siendo una mentira, una verdad dada la vuelta, una fantasía que nos hace grandes y a la vez nos deja por los suelos, un premio que nunca llegamos a tocar, una persona que ni siquiera nos conoce. ¿Qué coño es eso? No se sabe si está bien o mal. ¿Quién cataloga las cosas buenas o las malas?

¿Quién decide si hacemos la paz o la guerra? 

Decir la verdad, supuestamente está bien. Pero si está bien, ¿por qué la gente se enfada cuando la utilizamos? Somos valientes de decir lo que pensamos, somos valientes de parar algo que podía llegar a más. Somos valientes para destrozar ilusiones, sueños, planes... Pero no somos valientes para admitir que nos lo dicen porque nos quieren. Somos unos cobardes que piensan no tener culpa de nada, estar absueltos de todo. Nosotros no hacemos nada, es la sociedad la culpable. Pero es que, nosotros formamos parte de esa sociedad. 

Equivocarse merece la pena.

Somos seres humanos, nos equivocamos. Soy una persona y suelo equivocarme, intento fallar, porque de los fallos se aprende. Lo mejor de ser persona ,y de aprender a ser persona, es levantarse más veces de las que te caes. 

Y puede que me haya equivocado un poquito por no decir bastante. Pero es lo que pensé en ese momento, lo que era mejor. Y lo hecho, hecho está.

No lloro porque alguien me haya hecho daño, lloro porque no he sido capaz de darme cuenta de lo que iba a pasar. Muchas veces estamos ciegos, sordos, vivimos de ilusiones y de promesas que dificilmente se cumplen o que no llegan ni a eso. Y son esas promesas sin mumplir las que nos hacen daño, las que nos hacen llorar y replantearnos nuestra vida.

No se que hacer, no se a dónde ir. No se cuándo, no se por qué, ¿qué mierdas sabemos?
Sabemos que queremos ser felices, sí, pero ¿y qué? Encontraremos algo que nos haga felices, pero dificilmente esa felicidad durara eternamente. Nos aburrimos de las cosas. Las cosas materiales. Eso que se rompe, eso que envejece, eso que cuando pasan los años ya no sirve.

Las cosas nuevas nos pueden hacer felices, viajar, conocer gente, y hacer cosas poco normales.

En la vida siempre buscamos explicaciones. Perdemos el tiempo buscando un porqué. Pero a veces no existe. Y por triste que parezca, ésa es precisamente la explicación.

TGDT.

Nos pasamos la vida escondiendonos pero ni siquiera sabemos de que nos escondemos, tenemos miedo pero no sabemos de qué. Somos delicados pero no sabemos con qué. No sabemos como actuar en cada momento y eso tiene consecuencias, normalmente malas. Queremos tratar bien a los demás pero nuestro orgullo se pone por delante, queremos ser cariñosos pero nuestra envidia nos puede. En realidad no sabemos lo que queremos.

Esos días en los que la mejor solución es huir a donde nadie pueda encontrarte, en donde puedas llorar a gusto. Huir de tus problemas, de los problemas de los demás, dejar todo para mañana. Ese mañana en el que querrás volver a escaparte pero tu conciencia no te va a dejar. 

Que quieres sentirte libre, fuerte, solo. Quieres dejar todo atrás, quieres olvidarte de esas pesadillas que te persiguen día tras día y que al final se han hecho realidad, quieres encontrar la forma de conseguir tus sueños de la manera más simple. De la manera más gratificante. No quieres que nadie te interrumpa. Porque eres TÚ y  somos tan egoístas en esos momentos que solo somos NOSOTROS, YO, TÚ, nadie más.

En el momento en el que en ningún rincón del mundo quede una persona intolerante y de mente cerrada, podremos empezar a progresar.

Me llaman tú.

@EduBeefucha

Viajamos para conocer mundo, conocemos mundo por gusto, nos gusta que nos quieran y queremos a los que nos quieren. 

Vivimos en un mundo en el que las verdades duelen y las mentiras curan.

Estamos acostumbrados a tener todo hecho, a no mover ni un dedo, pero eso sí, que no tengamos que hacer algo, porque en ese caso nos pasaremos media vida inventando escusas para dejar aquello. Tenemos muchos sueños pero pocas promesas se cumplen, tenemos planes de futuro, pero vamos a ciegas. 

Queremos ser importantes, pero nos conformamos con ser alguien. Y cuando hay que pedir, ahí estamos nosotros, exigiendo los que más, porque con todo nuestro esfuerzo lo necesitamos, es un deber, más que un derecho.

Hay que saber sobrevivir entre los peores y saber destacar entre los mejores.

Independientemente de quien te creó, de quien confía en ti, de quien te cuida, no eres quien como para decir que no necesitas querer y menos que no necesitas que te quieran, porque todos lo necesitamos.

Dependiente de quien te da la vida.

Todos somos capaces de decir estupideces, todos sabemos lo que hay que hacer en cada momento, todos sabemos quienes somos, sabemos quién está con nosotros y quién en contra nuestra, sabemos cuidar de nosotros mismos, o eso creemos. 

Podemos decir que somos muy maduros, que nosotros nunca haríamos algo que estamos deseando, podemos perder a alguien y no ser capaces de mostrar ni un solo sentimiento, porque todos podemos llegar a ser lo que no somos, pero nunca estaremos bien con nosotros mismos.

Puede que quererte sea la mejor solución, pero no la única.

Piensa, que eres pejor que alguien, piensa que eres alguien.

Y es que todo es una mierda, un ir y venir, una mala noticia, una mala cara, una sonrisa falsa, un asco de vida. Nacemos, reímos, crecemos, nos ahogamos en nuestros propios pensamientos, sufrimos por nuestro futuro, queremos llegar a ser algo grande, nos volvemos a ahogar, volvemos a sufrir, vivimos como podemos y cuando ya no nos queda nada queremos volver atrás, pero ya es tarde.

Tarde para pesar que vamos a tener las mismas oportunidades, tarde para creer que nos vamos a volver a enamorar, que vamos a amar y que nos van a amar. Tarde porque no sabemos a que años se pasa de joven a viejo, de pequeño a grande, de inmaduro a maduro, no sabemos nada y nunca vamos a saber algo, por mucho que investiguemos, por mucho que busquemos respuestas, sin preguntas no hay respuestas y ni tú ni yo tenemos esto claro, no tenemos nada claro, no sabemos las preguntas y sinceramente, creo que nadie las sabe. ¿Para qué vivimos? Para llegar a ser algo en la vida, pero qué más da. Con creer ser alguien yo creo que seríamos felices, pero nos falta eso. Un poquito de fe en la humanidad, en la sociedad, en nosotros mismos.

A veces, cuando menos te lo esperas, alguien viene y te hace sonreír, aunque sea una tontada, pero sonríes.

Y es que es esa persona, si, ella, la que me hace sonreír, la que me consuela cuando estoy mal, o mejor dicho, es ella la única que sabe consolarme, es ahí, cuando los demás estamos mal cuando suelta parrafadas que son más bonitas que un sol en primavera, que te hacen llorar, pero no sabes si de alegría o de tristeza. Creo que es única, es ella la que te cuenta todo, o casi todo, la que sabe guardar un secreto y la que a parte de hablarte sabe escucharte, la que te da respuestas, soluciones a problemas o consejos. Simples consejos que pueden hacer que sonrías un día entero, una semana, que cuando estés mal te acuerdes de ella y te salga una carcajada, que digas, prometí que no lloraría. Pero prometí que no lloraría por estar mal. Y en estos momentos, en los que me vienen sus párrafos a la cabeza, en los que me acuerdo de que ella siempre iba a estar aquí para consolarme, en los que me decía que sonreía porque me veía feliz, por eso lloro, he cumplido mi promesa, no estoy mal, lloro de alegría, de felicidad, mira mis lágrimas, deslumbran, cada una lleva una carcajada, un te quiero, un para siempre, una sonrisa, un momento, un recuerdo, una historia, un adiós sin final, la vuelta de un viaje. 

Todo esto lo hace realidad ella. 

Helena, te quiero, gracias por estar aquí y por saber que decir en cada momento, cada instante, por cada lloro. Gracias.

Helena.

Ella, la que pase lo que pase, puedo confiar en que siempre va a estar ahí, apoyandome y consolandome. Sabe como sabe sacarte los colores con una sola palabra, sabe como matarte con la mirada. 

Te puede estar hablando toda la tarde de sus cosas, pero lo que más me importa es que cuando le necesito siempre me escucha y me da soluciones, factibles o no, pero lo intenta. 

Te quiero.

Se capaz de elegir por ti mismo, se capaz de elegir a quién quieres, lo qué quieres y dónde lo quieres. Se capaz de decir "no", de elegir con quién vas, y sobretodo de poder elegir tu futuro.

Las cosas bonitas hay que vivirlas dos veces.

Cosas imposibles ocurren a nuestro alrededor, sin que podamos hacer nada.

Para querer que alguien entre en tú vida, primero necesitas una vida, luego te buscas una personalidad y luego ya, si eso, Encuentras a alguien que te quiera tal y como eres.

Creerse el mejor entre reyes nunca dió resultado.

Le echo de menos y solo ha pasado un puto día.

¡La France! Todos sabemos que al final vamos a hablar por señales,signos o dibujos, pero que aprender... Lo que se dice aprender, poco.
Tenemos unas ganas inmensas de irnos, por lo menos yo.

Me quiero acabar mi albúm de fotos, de esto que lo llenas, te sientes realizada y piensas que cuando seas mayor, a los 80 o así, les podrás decir a tus nietos que allí estabas tú, sonriente, emocionada, intentando entender algo. Mirar a tu nieto y ver como pasa totalmente de ti. Eso quiero yo. 

Francia, solo quedan unas horas, no veremos la Torre Eiffel, ya, pero valdrá la pena alejarse unos días de esta sociedad de *. Porque todos necesitamos un descanso. En los últimos días ha habido injusticias, lloros, risas, despedidas. Pero por una semana podremos olvidarnos de ello. 

Los mejores momentos son los que pasé a tu lado.

El respeto, la virginidad, las llaves,la cartera, el amor. Son cosas que estan hechas para perderlas.

Siempre querrás más a una persona respecto a las demás, por su forma de ser, por la forma en que te mira, porque te hace sentir especial, y porque te cuesta mantenerte de pie cerca de él/ella. Y aun que sepas que esa persona no va a estar ahí para siempre, hazle saber que tú si que vas a estar ahí para siempre, que no le vas a dejar, que sepa valorarte, porque aun que estés ahí siempre, no le vas a tratar igual todos los minutos de tu vida.

¿A qué tenemos miedo?

A no ser como los demás, ha hacer daño a la gente. Pero muchas veces, tenemos miedo a que nos quieran demasiado.

Mirar las estrellas y pensar, "Ojalá me regalen una algún día". Porque soñar es gratis.

Sueña con un futuro, no con los problemas que surgan en él.

Da igual la explicación que des, la escusa que pongas. Tu cara, tus gestos, tu mirada o tus movimientos 
van ha hacer que todos sepamos la verdad.

Porque a veces no hace falta decir nada para expresar lo que sientes.

 Si tuviera que elegir entre besarte y matarte elegiría la segunda. Te mataría a besos.